Domingo 1 de Julio

Me cuesta levantarme este Domingo aqui en Huacachina. El revuelo de mí ropa y chismes encima de la cama de al lado me da pereza. Joder! otra vez ducha fría. El hombre de la recepción me cuenta su vida en Cuzco, cuando se casó y luego divorció con una chica de allí, el intentó acostumbrarse a vivir allí (aquí desde donde escribo aún encantado por la maravilla que és), pero no llego a cuajar y se piró. El tío que me lleva en mototaxi a Ica es un cabra, un 'pelao' que se ha dejado coleta, que me habla de isrraelies, de marihuana y de otros vicios aún más indecorosos. Compro el billete para Cuzco para las 20:00, con cena, sí sí, me rio yo de la cena que van a dar. Pero por ese entonces estaba yo tan ilusionado pensando en un autobus con camas y sirvientes. Cómo parece ser pauta en todas las ciudades peruanas, la plaza de armas es ajardinada, con fuente de agua y algún escultipondrio en el centro. Pues allí toca leer, que hay solecito. Y mirar a la gente tan maja.
Porque hasta ahora quizas no he dado una visión muy acertada de cómo son los peruanos. Pues generalizando son gente que tiende al positivismo, amables y agradables la mayoría de las veces. Como la mayoría de ellos forman parte de la estirpe de los que tienen que currar de sol a sol, pues luego se muestran agradecidos con el poco ocio que tienen, con las pequeñas alegrías que les da un día cualquiera. Conversadores y dispuestos a ayudarte, exentos de prejuicios casi siempre. Si tu sonries lo más facil que te puede pasar es que te devuelvan una sonrisa y algunas palabras. Entonces, como eso no ocurre mucho en europa pues te aficionas a echar la sonrisa sin más e iniciar una conversación. Otros en cambio no te hablan por mucho que les preguntes cosas que se saben, como dónde esta el museo regional. Pues allí fuí porque decía la guía que merecia la pena. A los pobres les robaron unos tejidos Nazca y Paracas en 2004 y aun están ahí, buscandolos. Muy interesante el arte Paracas. Los Nazca hasta hacian acueduzcos además de los famosos geoglífos de animales, de gran tamaño que para apreciarlos hay que subir en avioneta. Y sobre todo fuí al museo por el morbo de ver momias y trepanaciones. Lo segundo no se puede ver, pero de lo primero había unas cuantas y daban grima porque estaban totalmente descubiertas. Ojos a medio de carne, craneos que su pelito peinado, niños delgaditos que miran (si se puede decir) cómo diciendo 'pero pa que me haceis esto'. Hasta una mano en un tarro había que la habían rehidratado.
Ya en la estación de bus me encuentro con Elke y Thomas que se van para Arequipa. Tambien estan las dos yakees que hacian sandboard tan bien el día anterior. En el bus no hay camas. Huele a condensación que tira para atras, pero lo que de verdad me hace tirarme de risa es que el chaval me dice que no le queda cena. Ajo y agua, a dormir y a callar.