viernes, 27 de julio de 2007

El fin de semana que estuve en Machu Picchu

Antes de empezar a relatar como fue lo de Machu Picchu, cuento que ahora me encuentro en la ciudad e Puno, junto al lago Titicaca, y que al llegar aquí me deje en el autobus la libreta con las notas yla guía de viaje de Peru. Estoy peleando con los impresentables que se presentan como responsables de la compañia de autobuses, con la policia de .... (que fuerte! según escribía la palabra 'policia' ha entrado en este ciber de una calle perdida y lejana del terminal de autobuses el mismo policia del que ahorita mismo iba a escribir que esta desprovisto de autoridad, y que pinta aqui?). Pues eso, que a la policia no le hacen ni caso, segun dice él porque las leyes son así. El chofer que se supone que los tiene parece que estaba mamado (segun me ha dicho su mujer tras conseguir el telefono de su casa con mucho esfuerzo), y se ha dejado mis cosas en Juliaca, una ciudad a una hora. Despues de dar mucho la brasa y algun grito, depués de dar vueltas en comitiva por la estación el policia grandullón, el encargado y yo, y de que se rían de mí algun chofer hijueputa parece que la guia y el cuaderno estan viajando hasta Puno. espero que lleguen antes de las 14:30 que es cuando me voy hacia Bolivia. Segun hablaba con el policía el problema es la mentildad de muchisimos peruanos, la mentalidad de quedarse con la ajeno, de ocultar en vez de decir, de taparse unos a otros en vez de denunciar, de mirar para otro lado en vez ponerse a trabajar o a ayudar a quien lo necesita. Pero esas es otra historia y ahora voy a hablar del fin de semana pasado cuando estuve en Machu Picchu.

El Viernes 20 de Julio fue estresante para mí. Tenia un montón de trabajo que terminar de la herramienta informatica que les hice a los de la ong CECPA, ya que el Martes me iba de Sicuani. Por otro lado preparar el viaje a Machu Picchu, que no era cosa fácil debido al peligro de cortes por la huelga (que nunca se llega a saber si se ha desconvocado o sigue), y debido a la ocupación de los hostales. Nuestra idea original era la de pasar de ir en el tren de la empersa chilena Peru Rail, que cobra 50 dolares por su billeta más economico por dos trayectos de 2 horas llenos de paradas. En ese caso habria que coger un autobus hasta Santa Teresa, que es la opción para los mochileros más pobres. Pero para llegar a Santa Teresa hay problemas: por un derrumbe que obliga a los pasajeros a caminar media hora a la 1 de la madruga uno de las opciones dura 7 horas, y la otra opción por Cochabamba dura 12 horas. Peru luego hay que ir a Santa Maria, luego a la hidroelectrica ya en plena ceja de selva y luego caminar siguiendo la vía del tren hasta llegar a Aguas Calientes. Total que amí después del palizón del fin de semana anterior (que aun no he contado) me dio la pereza y le dije a Ruth, mi compañera de ong y de viaje a Machu Picchu, que mejor ibamos en tren.
Reservo hostales en Cuzco y Aguas Calientes y me informo de las posibilidades para ir en el tren. Aquí en Perú, cuando alguien te de una información o te asegure algo, por mucho que te lo asegure y reasegure, hay que tener en cuenta que esa información no es del todo exacta. Me dijeron que solo había un tren desde Ollantaytambo a las 20:30 . Ruth tiene una reunión con unas mamitas y hasta las 6 no salimos de la oficina. Tambien se viene su hermano Luis Alberto de 14 años, que a priori esta bastante ilusionado en conocer Machu Picchu, sobre todo desde que ha sido elegido maravilla mundial.
Llegamos a Cuzco a las 9 y tenemos solo una hora para dejar las cosas en el hostal ya que hemos quedado con los demas de la ong a las 10 en el barrio de san Blas, donde les he dicho que hay un sitio con musica en directo esta noche. En el hostal la habitación tripe que hemos reservado se ha transfigurado en una doble y ha cambiado de numeración. Entonces empieza el proceso de dar la brasa, de pasar de poner cara de pena a poner cara de perro para conseguir que las cosas sean como dice la lógica. Resulta que hoy llegan tres extranjeras más guapas que nosotros. Por fin nos dan la habitación. En San Blas Teresa, Wiliam y Julian estan casi hechos estatua de hielo. Echamos un ojo al Km.0 donde esta tocando el mismo grupo de fusión de música peruana que el finde semana me encanto. Veo a Pamela con otros 'hospitalitycluberos'. Como esta lleno nos vamos a otra zona de bares más para gente local. Esto esta muy bien, el bareto bien de corado, la cerveza más barata y también hay mamacitas pero locales (por fin me aclararon que mamita sele dice a las señoras cariñosamente, y que mamacitas son las tias buenas). Despues vamos a un sitio realmente bueno, el Kamikae, detras de la plaza de armas. Una sala amplia con mesas y zona para bailar y un escenario donde un grupo toca musica fusión, andina, criolla, exitos del pop peruano y cuzqueño, muy buenos. Todos peruanos menos dos o tres. Bailamos y bailamos hasta las 2.

Lógicamente para Ruth este viaje supone un esfuerzo economico mayor que para mí, y a pesar de que en todo el trip hay muchas cosas que tienen un precio para peruanos yotro astronomicamente mayor para turistas. Sobre todo porque ella está invitando a su hermano. Yo ya me he cansado del típico desayuno peruano de caldo o quinua (cereal), y desayunamos por separado. Vamos a la estación de Wancha (no estoy seguro), y allí nos encontramos con un turnomatic y un montón de gente que lleva tiempo esperando para comprar el billete de tren. Lo primero que vemos es que sí que había mas trenes desde Ollantaytambo a Aguas Calientes , y si hubiesemos madrugado más podríamos haber ido por la mañana. Entonces el primero disponible es a las 17:15, por 58 dolares ida y vuelta para mí. Cuando nos toca el turno yo compro el billete. Y entonces se nos revela la primera evidencia de lo injusamente con lo que opera esta compañia de trenes. Resulta que a los locales el tren solo les vale 20 soles (5 dolares), pero a ellos no les ponen nada facil las condiciones para comprar sus billetes: solo pueden comprar la ida, la vuelta la tienen que comprar el dia antes de volver y encima deben comprarlo en Ollantaytambo. Este es el tren de la diferencia. Con todo ello Ruth y Luis se estan desanimando pero viajamos en bus humilde (colectivo le llaman) a Ollantaytambo.


En el bus hablo con Martha, que trabaja par Omni Life y me quiere convencer de que necesito tomar productos nutricionales de los que venden, y con la que tengo la enesima conversación sobre la situación del perú y sus problemas. Al llegar a Urubamba nos metemos por las callejuelas y damos con una en la que hay una celebración: hay puesto un escenario donde tocan esa música andina llamada waino y que ami me da dolor de cabeza, y venden chicharón de chancho: mucha 'ch' para decir carne de cerdo frita. comemos de ello dentro de un patio donde se mezclan moto taxis con mesas para comer. Otra furgoneta coletiva de esas dónde la 'humanidad' se siente y se respira y además te pone un codo en el ojo y llegamos a Ollantaytambo.
Corriendo (mejor dicho en mototaxi) a la estación de trenes y por suerte sí que hay billetes para Ruth y Luis. Entonces volvemos a subir andando al pueblo, son las 4 y tenemos una hora para comprar comiday bebida ya que dicen que Aguas Calientes es bastante caro (luego no será para tanto yse puede comer también por un euro y medio) , y tambien porque en Machu Picchu no venden de nada salvo en el único restaurante de lujo que hay. Son las 5 y ahora si que corremos literamente calle abajo. Cuando entramos al anden del tren de la diferencia, Ruth y Luis se van al vagón para peruanos y yo me quedo en el vagón de turistas, que cosas! Al final esto va medio vacio: una pareja de españoles, otra de brasileños pudientes, unos franceses que tocan la guitarra, unos cuantos gringos ygringas, una familia de peruanos y unas isrraelies.


El tren arranca y aprovecho lo poco que queda de luz para aprovechar a hacer fotos. Se ve un gran nevado alla arriba. Luego el paisaje empieza a transformarse, tenemos 2 horas para que este paisaje pase de ser árido a ser pura ceja de selva (verde intenso, flores por cualquier parte a pesar de estar en invierno, plantas de todo tipo que invaden todo). Nos cruzamos con un tren pero de una categoría aun superior (hay trenes hasta de 500 dolares ida y vuelta) donde viaja gente de pasta que rondan los 50-60 años. Las mamitas vienen corriendo a venderles mochilitas de tejido andino, y veo como una gringa que sin bajarse del tren se antoja con una mochilita roja y le pide a su señor gringo esposo que le de dinero, este empieza a sacar dolares, que no que eso no es!, que es money del que usan aqui en este pobre país , ah sí , toma toma, cuanto quieres.
En Aguas Calientes buscamos el hostal Viajeros donde reserve por 20 soles persona (5 euros), pero Ruth quiere mirar otras opciones antes. Que va, por suerte el Viajeros esta muy bien , la habitación limpia, agua caliente yencima nos dejan cenar de nuestra comida aqui en el comedor. Cenamos cosas de la huerta, tomates, pepinos, tambien algo de queso. Aguas Calientes es un pueblo con maquillaje: un pueblo bastante feo en cuanto penetras en alguna calle fuera de la plaza de armas, pero que se pone sus mejores galas en las fachadas que dan a calles principales donde hay bares yrestaurantes cuidadamente decorados, de maderita , con iluminación cálida. Pero es un lugar muy curioso donde e interesante donde ya se huele a selva y a su forma de vida, donde la avenida principal es una via de tren rodeada de tiendas como si nunca fuera a venir un tren desvocado y ocurrir una catastrofe, un pueblo rodeado de altisimos y verticales 'cerros' de 400 metros de denivel cubiertos de vegetación. Antes de ir a dormir vamos a comprar la entrada para Machu Picchu para el dia siguiente. Yo pago 30 euros y Ruth y Luis como son cuzqueños no tienen que comprar.
Pero al día siguiente resulta que de nuevo no se lo van a poner fácil. Resulta que cómo no han traido el libro de familia no se puede demostrar que Luis es su hermano, y con una larga fila de turistas de punta en blanco esperando detras, tenemos que volver atrás para hablar con el administrador capullo, que le pide al chaval que cante el himno nacional en quechua para ver si es cuzqueño, que gracioso. Una vez dentro la maravilla invita a uno a perderse, a dejarse llevar entre el laberinto de estancias , a embobarse con la multitud de detalles e intentar adivinar cual sería su utilidad real.


Pronto nos despistamos y pierdo de vista a Ruth y Luis. Ir con un guía tiene sus ventajas y también sus desventajas: aqui cada barrio y cada cosa tiene de antemano un nombre que alguien le atribuyó (principalmente el que descubrió Machu Picchu, un tal noseque) , y todo el mundo se cree a pies juntillas lo que le cuenta el guia. Lo que pasa es que esos nombres y esos usos pretendidos para esos barrios y estancias son en muchos casos discutibles para cualquiera aunque no sepa mucho de arqueología, y entonces se puede perder mucho tiempo en querer entender algo que a lo mejor no fue así en la epoca inka. La ventaja de ir con guia, claro está, es que te abre los ojos a muchos detalles y te da mucha información historia. Entonces, yo me voy acoplando a diversos grupos con guia, que aqui el 90% sueltan el rollo en español.
No voy a contar aqui mucho sobre lo que es Machu Picchu porque no soy el mas adecuado: no he leido mucho y yo ví la maravilla a mi forma sin calentarme mucho la cabeza. Localizo a Ruth y nos reagrupamos, entonces nos enteramos que el cupo para entrar en Waina Picchu (el pico puntiagudo ese que siempre habeis visto en todas las fotos) es de 400 personas, y segun dice un encargado ya hen entrado 120 personas y hay 200 en la cola. Quien venga a Machu Pichu alguna vez que no olvide irse diractemente a Waina Picchu y luego ver el resto. Corremos para la entrada a Waina Picchu y conseguimos 'posicionarnos' entre los 400. En la fila alguien por ahi me 'delata' como fumador, 'oiga, se puede fumar aqui? señor apaque el cigarro' y lo apago. La subida al picacho es empinada de narices, con escalones de piedra en algunos tramos, cables de acero para agarrarse.


Hay un ambiente de camaradería entre la gente que sube asfixiada y la gente que baja animada diciendo 'ya te falta poco'. A Waina no dejan entrar con mochilas grandes y es lógico porque ciertamente es peligroso, hay zonas donde te ves andando de golpe junto a un precipicio interminable, o de repente pasas un tunel natural donde hay que agacharse o no cabe la mochila. El paisaje es único, cuando pueda pongo fotos, ahora me tengo que ir.
Antes de llegar a la cima conozco a Priscila, una brasileña super simpatica que me hace el favor de sacarme algunas fotos.


Arriba, en lo alto del picacho la gente se sienta desperdigada en las piedras, y la vista al fondo de verticales cerros llenos de vegetación produce la sensación de que estemos colgados del aire. Como es pronto decido bajar al templo de la luna y así hacer un pequeño trekking entre la selva.


Al poco de bajar me encuentro a Ruth y su hermano. El año pasado tambien vino y en el mismo sitio que esta vez le dio vertigo, aunque aquella vez sí que se atrevio. Se trata de una escalera de madera en vertical para salvar la pendiente, y un paso con un cable para sujetarse. La bajada es muy entretenida: la vegetación te rodea y en algunos casos se forma un tunel, escaleras de madera y mucha pendiente. Conmigo bajan tambien Macarena y Katerine (a las que luego conoceré) y dos peruanos que les hacen de guia. A un chico chileno al que le he regalado medio cartón de zumo porque estaba muerto de sed, me lo encuentro de nuevo ya en el templo de la luna.


Bajo a la Gran Caverna y allí me están dos peruanos hombre y mujer haciendo algo raro. No,no se piense mal,resulta que estan haciendo un rito inka: entierran hojas de coca en ofrenda ala tierra junto con algun caramelo (eso crei entender) para protegerse.
Mientras Macarena y compañia hacen el moñas usando la acustica del templo de la luna para simular voces del mas alla, le animo al chileno para que les haga un trueque, comida por agua porque ellos estan hambrientos. La subida de nuevo a Machu Picchu es igualmente impresionante. Restos de construcciones se adivinan casi cubiertos por la vegetación. Hace calorcillo y esta empinado, mejor no correr demasiado. De nuevo pasarelas y escaleras de madera y por fin llego arriba. Un humilde menú de atún y mortadela con pan, pero sentado en un lugar con una de las mejores vistas que uno puede ver.


Ya en Machu Picchu me encuentro de nuevo a Ruth, ellos ya se van, pero antes le pico para qe cumpla uno de sus sueños: abrazar el arbol del centro de Machu Picchu. Esta prohibido entrar a la terraza donde esta ese arbol solitario que sale en todas las fotos, pero le digo que como mucho le van a llamar la atención y ya. Prueba supeada! le hago la foto y sale corriendo con mas verguenza que miedo. Luego yo hago un recorrido por el templo del condor, el barrio de las prisiones, etc. El grupo de los brasileños estan todos sobados. Intiraimi, templo de las tres ventanas, etc. Subo al mirador y allí esta Katerine la belga con la qe charlo un rato. Viene de Cochabamba (Bolivia) de hacer un voluntariado, viaja sola, y ha llegado con Maca a Machu Picchu por la ruta de Santa Teresa.


Me despido de este lugar único y salgo al exterior del recinto. A pesar del cansancio me pongo a bajar a pie hasta Aguas Calientes, hay que aprovechar este paisaje selvatico. Tambien bajan niños vestidos de inka corriendo como locos, saltando de piedra en piedra y pegando gritos, no me pregunteis porque. Bajo con una chica canadiense que no recuerdo su nombre (saludos a la familia del que se ha quedado con las notas de mi estraviado y retornado cuaderno), tambien viaja sola y por suerte habla mas o menos español. Yo con el ingles estoy muy flojo y muy perezoso. Llego al hostal y me cuentan que Ruth ya se ha ido. Solo tenia la posibilidad de coger el tren de las 5 de la tarde. De repente aparece Katerine y me dice tengo habitación para compartir con ellas dos. Casualidad que sí porque se acaban de ir mis compis. Ambas, Katerine y Maca (chile) viajan solas, rondan los 20 añitos y son muy despiertas, derochando ilusión a esa edad, irradian mucha fuerza y buen humor. Cenamos juntos un menu de euroy medio que para ellas es un lujo ya que se han quedado sin dinero en su viaje.



Al día me levanto pronto para coger el tren y me despido mentalmente de las niñas para no despertarlas. Ya en el tren me pongo ha hacer fotos como un descosido. A mi lado viaja una chica de Puerto Rico que resulta que es misionera y ha recorrido muchos paises de America.




En Ollantaytambo nos bajamos todos del tren en manada y me ofrecen un taxi compartido por 10 soles. Cuando tenga tiempo hablare del problema que supone como conducen la mayoria de los choferes aquí. El caso es que a mitad de camino a Cuzco el conductor que es un chico joven se pone a adelantar en una curva sin visibilidad a pesar de llevar el coche estropeado y sin fuerza. Le echo la bronca, pero hombre como conduces así, que nos vas a matar. El dice que así lo hacen todos y yo le digo que conmigo no lo vuelva a hacer o no le pago la carrera. Lo de adelantar cuesta arriba con el coche sin fuerza y en una curva lo hacen mucho y a uno se le ponen de corbata. Con esas llegamos a Cuzco donde cojo al vuelo un bus a Sicuani.

1 comentario:

Santisima dijo...

Peru rail no es chileno, tiene capital ingles (Oriental Express y peruano).